Se acerca el tiempo en que se apagará la voz del último testigo del genocidio de los judíos de Europa por los nazis. ¿Qué será entonces, de la memoria de esta catástrofe inédita en la historia? Quién hará eco a las voces de los que vieron el crimen? Es posible transmitir la memoria de la Shoá, la destrucción de los judíos? No sería mejor, tal vez, dejar el lugar al olvido para que cicatricen las heridas? Ante estas graves preguntas, Carles Torner propone aquí una pedagogía de la memoria centrada en la película Shoah, una obra maestra del cine conocida en todo el mundo y hasta hoy casi desconocida en Cataluña.
Este libro explora la tensión entre la palabra y el silencio del testigo, entre la necesidad de saber qué pasó en los campos de exterminio y el imperativo de preservar la opacidad del crimen. Nadie sale indemne, hay siempre un antes y un después de ver la película. Hay transmisión: escuchar las voces, hacer memoria de los rostros de Shoah para, a nuestra vez, poder narrar lo indecible.