Nuevamente, Josep M. Quintana demuestra su absoluto dominio en el campo de la novela histórica con una obra que nos sumerge en los claroscuros del siglo XIX y los estertores de un mundo que se hunde lentamente.
Empresario de éxito, político ambicioso, cristiano ejemplar, afortunado padre de familia… El mahonés Martí Olivar siente que ha conseguido todo lo que soñaba desde que, siendo muy joven y como muchos otros menorquines, decidió buscar la fortuna en el otra parte del mundo. Es en Cuba, tierra prometida bajo dominio español, donde se convertirá en uno de los últimos señores de la esclavitud, una industria que poco a poco se acercaba a su abolición.
Será en el tramo final de su vida cuando, ennoblecido por el rey y por el papa y habiendo alcanzado el cargo de senador, mirará atrás sin esquivar los recuerdos dolorosos, los trapicheos en la desesperada carrera por el ascenso social o, incluso , los episodios de un pasado oscuro que podría dañar su imagen pública.
A través de un viaje trepidante por diferentes escenarios —Menorca, Caribe, África negra, Inglaterra o Cádiz—, el autor demuestra que, por muy escondidos que estén los secretos, nadie puede huir de su pasado.