¿Por qué en otros países son capaces de conservar viva la obra de ciertos autores y nosotros no? ¿Por qué se enorgullecen de su bagaje literario y lo mantienen vivo, mientras que nosotros a menudo parecemos negarlo o lo menostenemos, como si perteneciera a un pasado que no vale la pena recuperar porque quizá huele a escluso o porque tenemos miedo de encontrar una alpargata, una faja o una barretina? ¿Quién es el culpable de esa enorme negligencia? ¿Los editores, los libreros, las escuelas, las instituciones oficiales, los propios lectores…?
En esta serie de preguntas está la semilla de este libro, donde el autor hace un recorrido personal, con una mirada desprovista de ninguna pretensión académica, en bicicleta por el Empordà o desde una isla escandinava, por una serie de nombres imprescindibles de nuestro legado literario. De Víctor Català a Marian Vayreda, de Pompeu Fabra a J.M. Folch i Torres, de Aurora Bertrana a Josep M. de Sagarra, pasando por Teresa Pàmies. Unos escritores con los que estamos en deuda y que es importante que no olvidemos.
“Velad por el fuego… ¡Es muy triste morir sin herederos!”
Víctor Català