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Signo parecido a una pequeña estrella que sirve en los escritos para llamar la atención del lector

Hacía tiempo que esperábamos una nueva novela de J. N. Santaeulàlia. Tras varios años de silencio y para alegría de los lectores, llega esta historia de amor de un padre por su hija que no ha visto ni nacer.

Situada en la posguerra más dura de 1941, entre Barcelona y al pie de Canigó, al otro lado de la frontera, Pedro buscará su hija perdida en el camino de retirada del bando republicano. Quilis, amigo del alma de Pedro, no dejará que emprenda la aventura solo. Tampoco tiene mucho más que hacer ni perder. Tiene un amor, sí, allí en el aserradero, pero la amistad es indestructible y lleva la lucha antifranquista en la sangre. Quilis y Pedro, juntos de nuevo, volverán a cruzar la frontera a la inversa: ahora dirección a la ratonera.

Una historia que se puede leer como una continuidad de Tierra negra que ahora está manchada de rojo por la sangre derramada, allí, en la playa del Campo de la Bota.